Y seguirás estando, en los días que se sucedan, hasta el fin de los tiempos.
Porque aunque pudiera borrarte de mi cabeza, como Clementine a Joel, volverías una y otra vez. Me atraparías. Me tendrías.
La felicidad y el amor son lugares donde uno desea estar siempre y donde a uno no le importaría terminar muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario